Tengo que admitirlo, a mí también se me ponían los ojos en blanco cuando veía un bebé llorón entrar al avión y para mis adentros pensaba - por Dios, que no se sienten a mi lado... - No me digáis que soy la única...

Ahora la historia es bien diferente y soy yo la que tiene que ir regalando tímidas sonrisas de disculpa cuando mi bebé llora. También os digo que, de momento, nadie me ha fulminado con la mirada. ¡Gracias señor@s viajeros!

Nuestro peque ha empezado a viajar ya desde muy chiquitín y hace poco más de un mes, cuando él tenía dos meses y medio, cogimos el primer avión. Como imaginaréis. antes de salir consultamos con nuestra pediatra y nos empapamos de toda la información posible para hacer el viaje más llevadero.

El viaje de ida fue como la seda, pero el de vuelta... ejem. Mejor os dejo que veáis el vídeo donde Rafa y yo os contamos cómo fue la experiencia y os damos algunos consejos para volar con un bebé ;)



1. Sal con suficiente tiempo de antelación de casa para ir al aeropuerto y estate list@ para cualquier
    imprevisto.

2. Lleva un carrito ligero y fácil de plegar. El nuestro es el Yoyo de Babyzen y estamos encantados.

3. Dale algo al bebé para que succione durante el despegue y el aterrizaje. Evitarás que se le taponen los oídos.

4. Incluye en la bolsa de mano una muselina, pañales, chupete y una, o dos, mudas.

5. No abrigues al bebé en exceso.

6. Viste al bebé con ropa que sea fácil de quitar y poner para que el cambio de pañal sea lo más
    rápido posible.

7. Olvídate del equipaje de mano. Viaja sólo con mochila para dejarte las manos libres.

8. Si viajas sol@, coloca al bebé en una mochila o fular porta-bebés.

9. No te estreses, es un bebé y es normal que llore.

10. Si lo necesitas, pide ayuda al personal de abordo.

Como veis, vamos aprendiendo a base de experimentos y equivocaciones como buenos padres novatos que somos. Esperamos que os sean útiles estos humildes consejos y compartáis los vuestros también con nosotros.

El próximo vuelo me toca a mí sola con Alejandro, así que, por favor, deseadme suerte ;)

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Como habréis visto el vídeo es muy amateur pero para mí estos 48 segundos son el recuerdo más bonito del mundo y el resumen perfecto de nuestro 2016.

He tratado de hacer nota mental de mis propósitos para 2017 pero ¿sabéis que os digo? Que a este nuevo año que se presenta como una hoja en blanco llena de interrogantes sobre las riendas que tomarán nuestras vidas con un nuevo miembro de la familia sólo le pido salud y felicidad. Lo demás, ya llegará.


Aprovecho para felicitaros el nuevo año y desearos que paséis una muy feliz nochevieja y que todos vuestros deseos se hagan realidad ;)

"El futuro pertenece a quienes creen en la belleza de los sueños"

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Os debía este vídeo desde el verano pasado y ¡por fin ha visto la luz! Ya llegado Alejandro al mundo, me hace especial ilusión recordar nuestras últimas vacaciones antes de su nacimiento. Si el destino y la compañía de nuestros amigos Rosa y Vicente con su pequeño Nico ya fueron especiales de por sí, imaginaros la emoción de poder vivir esta experiencia como parte de la dulce espera.

Un vídeo lleno de lugares bonitos y anécdotas que espero que os encante y transmita un poco del sabor de Cadaqués.

Recordad que tenéis todos los detalles del viaje, las mejores playas, restaurantes y puntos de interés en el artículo que publiqué hace unos meses y que podéis leer aquí.

"Un viaje se vive tres veces; al soñarlo, al vivirlo y al recordarlo"

Los imprescindibles

Os adelanto que Burdeos tiene mucho más que esta pequeña lista de imprescindibles, ¡por no hablar de su región! En la que se puede aprovechar el viaje para visitar desde las dunas de la playa de Pylon hasta el famoso pueblo vinícola de Saint Emilion.

No obstante, no os voy a hablar de algo que no hemos visto y por lo tanto no puedo recomendar de primera mano, así que voy a ceñirme estrictamente al recorrido que hicimos nosotros:

1. Place Quinconces: nuestro itinerario comenzó en la plaza más grande de Francia y una de las más grandes de Europa, donde se alza la famosa Fontaine des Girondines y cuya explanada de 120.000 m2 acoge regularmente los eventos más destacados de la ciudad como los carnavales, la fiesta del jamón o, en este caso, la Fan Zone de la Eurocopa.



También se pueden encontrar otros monumentos de menor tamaño como las esculturas de Montaigne y Montesquieu y las dos columnas frente al río Garona de 21 metros de altitud en representación del comercio y de la navegación.

2. La Place de la Bourse y el Espejo de Agua: sin duda, la  plaza más majestuosa de Burdeos. Inaugurada en 1749 como símbolo de la prosperidad de la ciudad, aunque no fue hasta 1848 que pasó a ser la Plaza de la Bolsa.

Con la construcción de esta plaza se comenzaron a derribar las murallas que protegían la ciudad y Burdeos se abrió al río ofreciendo una imagen de bienvenida hacia el extranjero que llegaba a través del Garona.



Algo que no os podéis perder, es el famoso Espejo de Agua, ¡el más grande del mundo! Con una superficie de 3.450 m2.  Se trata de decenas de pequeños chorros de vapor de agua que emanan del suelo creando una capa de agua sobre el asfalto sobre la que se reflejan todos los edificios de la plaza y los alrededores convirtiendo el lugar en uno de los rincones más fotografiados de Burdeos. Lástima que cuando fuimos nosotros los chorros no estaban en funcionamiento :( Espero que vosotros tengáis más suerte.

Place la Bourse

La Cámara de Comercio e Industria de Burdeos y el Museo de las Aduanas también están en esta plaza.

3. Barrio de Saint Pierre : paralelo al río Garona se encuentra el corazón del casco antiguo de Burdeos con su entramado de pintorescas calles cuyos nombres evocan los oficios de la época; hoy en día ocupadas por pequeños comercios y restaurantes. "La Bella Durmiente", así se apoda ésta parte de la ciudad por el tiempo que ha permanecido prácticamente desapercibida a pesar de su valor histórico.

Desde el 2007, el casco antiguo de Burdeos es Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO.

Casco antiguo de Burdeos

4. Puerta Cailhau: el paso de los siglos no ha hecho más que embellecer esta preciosa puerta de entrada a la ciudad, construida nada más y nada menos que en 1494 y que, aparentemente, todavía conserva su silueta original. Al derruir las murallas de la ciudad, se conservó esta construcción como continuación del puente de piedra que atraviesa el Garona.

Puerta Cailhau

5. Rue Sainte Catharine: la calle peatonal comercial más larga de Europa conecta dos de los principales puntos de la ciudad, la Place de la Comédie a un extremo y la Place de la Victoire al otro. Las tiendas se suceden una tras otra a lo largo de sus 1.250 metros de longitud. Una jornada de compras sin duda comienza aquí ;)

6. Place de la Comédie y el Grand Théatre: una plaza preciosa, señorial y llena de vida; punto de convergencia de las "arterias" más importantes de la ciudad. Destacan las 12 imponentes columnas que flanquean la fachada del Grand Théatre, de estilo neoclásico, y la elegancia del Grand Hôtel de Bordeaux.

7. Marché des Grands Hommes: muy cerca de la Place de la Comédie se encuentra esta zona de boutiques de alto standing - para los que queráis/podáis quemar la American Express - y cafeterías/pastelerías ideales de la muerte a la par que caras. Nosotros desayunamos aquí la primera mañana sin saber que se trataba de una zona de gente pudiente y salimos un poquito escaldados.

Marché des Grands Hommes

8. Jardin Public: no hay mejor lugar para desconectar un poco de la ciudad ¡y de las altas temperaturas del verano! que el jardín público de Burdeos en el barrio de Chartrons. Además, en él encontraréis también el Jardín Botánico y el Museo de Historia Natural.

Jardines Públicos de Burdeos

9. Cité du Vin y Quai des Marques: a pesar de lo corta que fue la escapada también tuvimos tiempo de visitar algunos de los nuevos barrios de la ciudad, que no deja de expandirse a medida que el puerto de mercancías se desplaza más hacia la desembocadura del río.  

La Cité du Vin es una de las adiciones más recientes al antiguo barrio portuario, inaugurada el pasado mes de mayo, su peculiar y moderna arquitectura de formas redondeadas recuerda al Guggenheim de Bilbao. Su interior es un "templo" dedicado al vino como patrimonio cultural, universal y vivo. Sus instalaciones incluyen espacios de cata, salón de lectura abierto al público con una selección de obras relacionadas con el mundo del vino, una concept-store, tres espacios de restauración, el espacio Routes de Vin para reservar visitas a los viñedos y jardines de acceso libre.

Aquitectura de la Cité du Vin

Interior de la Cité du Vin

El Quai des Marques, o barrio de las Marcas, está justo al ladito de la Cité du Vin. Los antiguos muelles semi abandonados durante mucho tiempo se han reconvertido dejando lugar a un nuevo paseo paralelo al río lleno de tiendas de outlet, terrazas y restaurantes que, aparentemente los domingos se llena de puestos de comida donde degustar deliciosas ostras y brochetas, entre otras cosas ricas. 

10. Barrio des Chartrons: se podría decir que éste fue mi barrio favorito de la ciudad. Pintoresco, coqueto y alejado del centro turístico. Una de esas joyitas que tanto me gusta descubrir. La rue Notre Dame que atraviesa el barrio está llena de tiendas de antigüedades, concept stores, bares y restaurantes de todo tipo. 

La place du Marché des Chartrons es parada obligatoria, no por su mercado {que en realidad ya no existe} sino por los restaurantes y las terrazas que ocupan la plaza.

Rincones con encanto del Barrio des Chartrons

¡Y eso es todo amig@s! Esto es lo que dan de sí 24 horas en Burdeos. Espero que os haya gustado el vídeo y la lista de imprescindibles.

Nos vemos por aquí la próxima semana.

1. Tener confianza ciega 
2. Mostrar comprensión y respeto mutuo
3. Evitar el conflicto
4. Contar con una buena conexión a internet 
5. Dar espacio a nuestra pareja
6. Ser consciente de la importancia de decir "te quiero"
7. Fijarse una fecha límite de separación 

Para más detalles, ponte cómod@ y dale al play ;)

"La distancia impide un beso o un abrazo, pero jamás un sentimiento"

¿Quién dijo que invierno no es una buena época para viajar por Europa? No os voy a engañar, en estos momentos preferiría estar tomándome una piña colada en una playa paradisíaca de República Dominicana o dándome un masaje balinés en Indonesia, pero este año por temas varios que no vienen a cuento {sólo os diré que el MBA de Rafa nos lleva de cabeza... ejem} no vamos a hacer viaje de invierno, por lo que tendremos que aprovechar lo que tenemos a la mano y exprimir al máximo los encantos de Suiza. Lo cual, pues bueno, tampoco está tan mal ;)

Si bien es cierto que el verano es mi época favorita del año, los aficionados a los deportes de nieve y a los paisajes de cuento encontraréis en Suiza un destino digno de ser visitado en invierno también. Y para que sepáis que no todo se reduce a esquiar por estas tierras, os dejo 8 propuestas de lugares que visitar y actividades que podéis practicar sin necesidad de poneros los esquíes.

1. Descender la montaña en trineo por la noche

Esta actividad es mi favoritísima de la lista. No sabéis lo divertido que es coger el telesilla montaña arriba de noche con un grupo de amigos o en familia, disfrutar de una fondue para cenar y, con la barriguita llena, descender a toda marcha con un trineo de madera a lo largo de 7 kilometros de pista. Se trata de una actividad que practicada con cabeza no tiene ningún peligro. Incluso los niños pequeños pueden participar acompañados de un adulto.

Hay varias estaciones de esquí que la ofrecen. Nosotros fuimos a Les Diablerets, en concreto al restaurante Les Mazots, el cual ofrece el paquete completo de ascenso en telesilla, cena y alquiler de trineo más bebida caliente al final del descenso por 55 francos suizos por persona.

2. Visitar la fábrica de chocolate de Cailler

Ésta es una parada más que obligatoria en todas las visitas que recibimos, eso sí, no apta para diabéticos porque te pones de chocolate hasta las cejas.

En la aldea de Broc, por allá el año 1898 el señor Alexadre-Louis Cailler, creador de la marca de chocolate suizo más antigua que existe, abrió la fabrica de chocolate Cailler, hoy en día propiedad de Nestlé pero cuya producción no se vende fuera de las fronteras suizas. 

La visita incluye un recorrido interactivo y muy didáctico sobre la historia y producción del cacao y culmina en una sala en la que se pueden degustar todas las variedades de chocolate Cailler habidas y por haber. Os aconsejo que no planeéis una cena después de esta visita porque necesitaréis unas cuantas horas para digerir tremendo atracón ;)


El precio de la entrada de adulto es de aproximadamente 12 francos suizos.

3. Zamparte una fondue en Gruyères

Esta pequeñísima ciudad medieval de cuento de hadas es una de mis debilidades, tanto en invierno como en verano su encanto no deja a nadie indiferente. Situada a lo alto de un pequeño cerro presidido por su imponente castillo amurallado del siglo XIII, se conoce como una de las mecas del queso en Suiza y, por lo tanto, uno de los mejores lugares donde degustar una fondue. Todos los restaurantes de Gruyères ofrecen esta especialidad suiza, yo os aconsejo el restaurante del hotel La Fleur de Lys  por su relación calidad precio.

4. Relajarte en los baños termales

No hay nada mejor para combatir el frío del invierno que sumergirse en una piscina al aire libre de agua bien calentita mientras se disfruta de una magníficas vistas a la montaña. Muy cerca de la fábrica de chocolate y de Gruyères, están Les Bains de la Gruyère, una culminación perfecta para un día de excursión por la región. El centro cuenta también con salas de masaje, saunas, baños turcos y piscinas a diferentes temperaturas.


Si vais con niños, os aconsejo el complejo de Bernaqua, en Berna, no tiene tanto encanto pero sus instalaciones son más grandes y tienen un parque acuático interior para niños. Y, si buscáis tranquilidad e intimidad, os aconsejo contratar un circuito romano-irlandés para dos con masaje incluido.

Otra opción muy popular es Les Bains de Lavey, la piscina exterior es inmensa, con gran variedad de chorros, jacuzzis e incluso una centrifugadora en la que dejarse llevar por la corriente. Por la noche el agua se ilumina con diferentes colores creando una atmósfera muy relajante.

5. Visitar el Museo Olímpico

Lausana es la capital olímpica y sede del Comité Olímpico Internacional. El Museo Olímpico, renovado integralmente entre 2012-2013, es uno de sus muchos atractivos. Una exhibición interactiva de más de 1.000 m2 a través de la cual descubrir la historia de los juegos olímpicos desde sus inicios en la antigua Grecia hasta los próximos juegos de Rio de Janeiro. El museo contiene más de 10.000 artefactos del mundo del deporte y, entre otras muchas cosas,  representa una réplica de la villa olímpica en la que los visitantes pueden poner a prueba su forma física.


La entrada de adulto cuesta 18 francos.

6. Caminar en la nieve con raquetas 

No esquiar no quiere decir que no se pueda disfrutar de la nieve igualmente. En Suiza, casi todas las estaciones de esquí tienen una red de senderos para practicar senderismo durante cualquier época del año. Atravesar bosques nevados en un día de sol y recargar los pulmones de aire puro es una experiencia sensacional. Las raquetas te ayudarán a desplazarte mejor por la nieve y a que no se hundan los pies en las zonas más blandas.

7. Subir al Top of Zurich

Si en verano son un espectáculo, en invierno yo diría que todavía más.  Las vistas panorámicas sobre la ciudad Zurich desde una de sus montañas más famosas, Uetliberg, son una de las cosas que no hay que perderse en una escapada de invierno. Se puede llegar fácilmente en tren y caminar unos 10 minutos a través del bosque hasta alcanzar el mirador.

8. Dormir en un iglú

Ésta es una de las experiencias que todavía están en mi lista de cosas pendientes pero que sin duda creo que hay que probar. No hace falta irse a Laponia para saber lo que se siente durmiendo en un iglú, eso sí, hay que preparar un buen presupuesto, ya que una noche en la Igloo Village the Zermatt cuesta 249 francos por persona.




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