Una de las cosas que más odio en este mundo es hacer el equipaje, se podría decir que es un odio inversamente proporcional a mi pasión por viajar. Carolina y sus contradicciones ;)

Siempre me dejo la maleta para el día anterior al viaje y es comenzar a hacerla y el humor me cambia automáticamente de una manera que no me soporto ni yo misma jajaja. Así que imaginaros el panorama.

Necesito unas dos horas de concentración para analizar bien qué es lo que va a entrar en mi maleta y evitar los famosos "por si acaso" que sólo hacen que añadir peso innecesario. Empiezo a probarme toda la ropa que me voy a llevar para organizarme todos los modelitos y llevarme prendas que pueda reutilizar, durante todo este proceso miro el pronóstico del tiempo en el país de destino una y mil veces, como si en 5 minutos fuese a cambiar... y, con un poco de suerte, a las tres horas estoy cerrando la maleta.

Siendo lo desastre que soy para estas cosas, hacer el equipaje para el Sudeste Asiático el verano pasado fue un suplicio. Y, como de todo se aprende, a la vuelta tomé buena nota de todo lo que había utilizado para facilitarme la vida la próxima vez que tenga que viajar a esta zona ¡que ojalá sea muy pronto!

Con el veranito ya tocando a la puerta imagino que much@s de vosotr@s tendréis algún que otro viaje planeado y, si da la casualidad de que vuestro destino es el Sudeste Asiático, seguro que os vendrá muy bien tener esta lista a mano.

Aquí os detallo toda la ropa y demás artículos que os harán falta para dos semanas de viaje combinando playa, montaña y ciudad:
- Zapatillas para caminar por la montaña
- Chanclas
- Sandalias de piel cómodas
- Dos bikinis
- Un par de vestidos playeros
- Toalla de microfibra, mi favorita para viajar. Ocupa muy poco espacio en la maleta y seca muy rápido
- Escarpines, gafas de bucear y tubo para disfrutar de los fondos marinos.
- Sombrero
- Gafas de sol
- Mochila

¡Un abrazo y feliz finde!

Con éste último post me despido ya del que, hasta el momento, ha sido el mejor viaje de nuestras vidas, nuestra luna de miel en Malasia e Indonesia. Del que ya sólo nos queda el recuerdo, por supuesto, inolvidable :)

Nuestra luna de miel queríamos que tuviese de todo: un poquito de ciudad, naturaleza, aventura, inmersión cultural y, como culminación, unos días de relax en alguna playa paradisíaca de las que tanto nos gustan.

Uno de los secretos mejor guardados de Indonesia son las Islas Gili. En todos los folletos de viajes que cayeron en mis manos aparecía la archiconocida Bali junto a otras de las islas más famosas como Sumatra, Komodo o Jakarta.

Todo el mundo me había dicho que Indonesia no era un destino de playa pero entre las 13.000 islas que forman el país, alguna perla escondida tenía que haber ¿no? Y en una de mis indagaciones por mi enciclopedia particular, Google cómo no, di con muchas de ellas. La mayoría de difícil acceso. A excepción de tres pequeñas islas, las Islas Gili, a hora y media/dos horas en barco desde Bali.

Se trata de unas islas con un encanto muy particular en las que parece que por ellas no haya pasado el tiempo. No hay carreteras asfaltadas ni vehículos a motor, siendo el principal medio de transporte el carro de caballos y la bicicleta.

Aquí os traigo algunos detalles de nuestros últimos días en Indonesia, y en concreto en las islas Gili y el sur de Bali, pero si queréis pasar directamente a la acción, podéis ir al final de post y ver nuestro particular vídeo de Dos Españoles por el Mundo :)

DÍA 6

- Llegada a Gili Trawangan desde el puerto de Denpasar: para desplazarnos de Bali a Gili Trawangan {la principal de las tres islas} cogimos desde el puerto de Denpasar uno de los ferries operados por Gili Cat. Si le tengo que poner una sola pega al viaje, fue ésta. El barco salió con una hora de retraso y, el trayecto de ida aún fue bueno, pero en el de vuelta fue para olvidar... Había overbooking y nos acomodaron en un barco más pequeño con capacidad para unas 15 personas. En alta mar nos sorprendió tal oleaje que parecía que fuésemos en una coctelera. El barco fue dando saltos durante dos horas, entrando el agua por todas las rendijas y rompiendo uno de los motores a causa del impacto contra las olas.

Nos dijeron que se trataba de un caso aislado y que la predicción meteorológica no advertía del temporal, de lo contrario se habría cancelado el viaje. Sinceramente no sé si es algo común o se debió a la falta de medios, pero si sois de los que os mareáis en alta mar, llevad a mano una caja de Biodramina que buena falta os hará.



- Check-in en Gili Eco Villas: para nuestra estancia en Gili decidimos alquilar un bungalow a pie de playa en Gili Eco Villas. Un pequeño complejo de 9 villas 100% ecológicas y abastecidas con energía solar situado en la parte norte de la isla, la más tranquila. El personal es sencillamente sensacional ofreciendo un servicio que, dentro de la sencillez y la cercanía, sobrepasa el de cualquier hotel de cinco estrellas. Muy, muy, muy recomendable :)





- Cena en el mercado local {conocido como Central Market}: ¿qué mejor que mezclarse entre los locales y los turistas y disfrutar de un plato de pescado fresco del día por el módico precio de 3 euros por persona? Ésta es sin duda una parada más que obligatoria. El epicentro de la vida nocturna de Gili Trawangan se encuentra aquí. No podéis dejar de probar la cerveza local, Bingyan, y las famosas tortitas de uno de los puestos del mercado, muy fácil de identificar por las largas colas que se forman.



- De copas en "Sama Sama": toda la zona entorno al puerto de Gili Trawangan está llena de restaurares, bares, tiendas y locales de copas. Siendo Sama Sama el más popular con música en directo todas las noches y un buen rollito contagioso.

DÍA 7

- Excursión de snorkel a Gili Meno y Gili Air: por 6 euros por persona se puede contratar una excursión de medio día {de 10.00 a 15.30 horas} y sumergirse en los fondos marinos que rodean las tres islas. Nosotros viajamos en un barco pesquero con unas 15 personas más y realizamos tres paradas; una junto a los arrecifes de coral de Gili Meno, otra a más profundidad para contemplar las tortugas marinas y la última para ver los bancos de peces de colores. A mediodía tuvimos una hora para comer en Gili Air antes de zambullirnos de nuevo en el agua.

Lo bueno de esta excursión es que vas acompañado en todo momento y, especialmente para ver a las tortugas, las cuales no son nada fáciles de distinguir en la profundidad del agua, se agradece mucho que alguien con experiencia vaya delante tuyo para guiarte.




DÍA 8

- Excursión a Gili Meno: al tratarse de islas tan pequeñas y cercanas entre ellas, es muy fácil descubrirlas todas en apenas tres días.

Gili Meno es la mediana de las tres islas y la más vírgen y, desde el mismo puerto de Gili Trawangan, salen barcos todos los días a las 09.30 con regreso a las 15.30. El precio del billete es de apenas 3 euros por persona y el trayecto dura 15 minutos.

La isla se bordea a pie en unos 45 minutos y es ideal para pasar un día de relax y buceo. Nosotros empezamos a caminar y montamos el chiringuito en la parte de la isla más protegida del viento, donde pasamos toda la mañana zambulléndonos en esa maravilla de mar.

En la isla no hay ningún cajero automático, pero en algunos de los pocos restaurantes que hay aceptan tarjeta de crédito, aunque mejor llevar siempre efectivo encima.

En la guía de viaje nos indicaba la reserva de tortugas como uno de los sitios de interés de la isla. Os digo de antemano que no vale la pena ir, se trata de un pequeño estanque artificial de tortugas. ¡Nada comparado con verlas en libertad!





- Puesta de sol en el "Sunset Bar": una parada imprescindible en Gili Trawangan es la puesta de sol desde el Sunset Bar, situado en la parte oeste de la isla. Cuando empieza a ponerse el sol sobre las 18.30 de la tarde, no parece nada especial, pero el espectáculo comienza cuando el sol está a punto de desaparecer en el horizonte y a lo lejos se dibuja la silueta del Monte Agnung {el más alto de la isla de Bali con 3.000 metros de altitud}. ¡Una verdadera maravilla de la naturaleza!









OTROS DATOS SOBRE GILI TRAWANGAN

- Actividades: además de las ya mencionadas se pueden hacer paseos a caballo, tomar clases de cocina en Gili Cooking School o clases de yoga, ir al cine de verano {sesiones todos los días a las 19.00 y a las 21.00}, practicar submarinismo o disfrutar de un masaje o una manicura por apenas 8 euros en los múltiples salones de spa que hay.

- Internet: hay puntos WiFi en toda la isla.

- Imprescindible llevarse: gafas de bucear y tubo, escarpines, spray antimosquitos y una linterna para caminar por la noche.

- Estado de la isla: se trata de un destino muy barato que atrae a mucha gente joven y se abastece principalmente del turismo. La parte del centro de Gili Trawangan está muy explotada y la gestión de los residuos deja un poco que desear, por lo que mejor alojarse en el norte.

DÍA 9

- Regreso a Bali y check-in en el hotel Belmond Jimbaran Puri Bali: un resort de villas de lujo a pie de playa en el sur de Bali. Un alojamiento muy "luna de miel", en el que nos dieron la bienvenida con la bañera llena de pétalos de rosa. Un lujazo que normalmente no podemos permitirnos, por lo que nos propusimos aprovechar el hotel al 100% para culminar nuestro viaje.

Al ser un hotel tipo resort, pierde un poco la esencia más local que tanto me gustó de las villas de Gili Trawangan. ¡Pero no por ello lo disfrutamos menos!


DÍA 10

- Clase privada de surf en la playa de Kuta: el sur de Bali es el destino surfero por excelencia. Las playas nada tienen que ver con las de las islas Gili, el agua es más oscura por el color de la arena y con mucho más oleaje. Así que como "allá donde fueres haz lo que vieres", nos animamos a iniciarnos en el surf y contratamos una clase particular de hora y media con un monitor cada uno por unos 6 euros por persona. Me encantó la experiencia y espero repetirla pronto y, a ser posible, ir haciendo pinitos ;)




- Paseo por Kuta: Kuta es una zona puramente comercial, llena de restaurantes, tiendas y centros comerciales en los que especialmente vale la pena comprar ropa de marcas de surf como Oklay, Reef o Quicksilver a precios mucho más baratos que en Europa. Por lo demás, es un sitio que no nos llamó mucho la atención.

- Visita al templo de Ulu Watu: hay dos templos muy populares en el sur de Bali desde los que contemplar la puesta de sol: el templo de Tanah Lot, a orillas del mar; y el de Ulu Watu. Nosotros nos decidimos por el segundo por falta de tiempo, pero nos hubiera encantado visitar los dos.

La singularidad del templo de Ulu Watu radica en su localización, en la cima de un acantilado. El templo en sí es pequeño y el acceso al interior está cerrado al público, pero las vistas bien merecen la visita. Los monos que habitan allí son muy agresivos, por lo que conviene tener cuidado y no intentar acercarse ni llevar nada colgando que les pueda llamar la atención.

Otra de las atracciones de este templo es el espectáculo de la danza del fuego que tiene lugar justo antes del atardecer en el anfiteatro que hay junto al templo. Su orientación invita a ver el espectáculo mientras se contempla la preciosa puesta de sol como escenario de fondo.




- Cena en la playa de Jimbaran: en la misma playa de Jimbaran se pueden encontrar muchos restaurantes de pescado y marisco fresco del día. Por apenas 10 euros por persona se puede cenar un pescado con guarnición de arroz y verduras, siendo el más popular el conocido como white snapper. Las panojas también están buenísimas.

En algunos restaurantes tienen espectáculo de danza en la playa y hay músicos ambulantes que van caminando entre las mesas y dedicando canciones a los comensales.

¡Hasta la próxima y feliz finde!