A apenas una semana de cambiar de década, una mezcla de sentimientos me invaden; melancolía, ilusión, vértigo, satisfacción... Tengo un "no sé qué" que me ronda y me hace plantearme este momento de mi vida de forma un tanto trascendental. No lo puedo llamar síndrome de los 30 porque la palabra síndrome me suena un poco despectiva y, la verdad es que me encuentro en un momento muy feliz a nivel personal y profesional, pero siento que se cierra una etapa de mi vida y comienza otra nueva con muchas cosas buenas por llegar :)
Ya sé que no soy una jovencilla de 20 años anymore, pero yo realmente me siento todavía una chavala y cuando alguien por la calle se dirige a mí como "señora" me dan ganas de fulminarl@ con un rayo jajaja.
En esos momentos de reflexión que me van y me vienen estos días, he tratado de analizar en qué he cambiado con respecto a mis 20 y he aquí la lista de cosas que han salido, que no son pocas. Y es que, amigo@s, lo queramos o no el tiempo pasa para todos. Lo importante es saborear la vida
y aprender a ser feliz con las pequeñas grandes cosas del día a día.
1. Ya no soy un alma nocturna. Con lo que yo he sido... Me encanta madrugar, disfrutar de los desayunos del fin de semana, aprovechar la luz del día y meterme en la cama prontito sabiendo que tengo 8 horas por delante de plácido sueño.
2. Me entra el sentimiento de culpabilidad cuando estoy más de 3 días sin hacer deporte. Nunca he sido una persona sendentaria pero antes no sentía remordimiento alguno si en una semana no había podido ir al gimnasio, ni siquiera tenía una rutina de ejercicios. Ahora trato de hacer algo todas las semanas: nadar, correr, hacer abdominales o yoga en casa con videos de Youtube, ir a ballet, caminar... lo que sea con tal de moverme y mantener a raya, dentro de lo posible, a la temida celulitis y a las lorcillas que luego no hay quien se las quite de encima.
3. Las fiestas más esperadas del año son las bodas... Mi momento de desmelene es, sin duda alguna, las bodas. Ni discotecas, ni pubs, ni bares llenos de niñatos y moscardones. Eso ya es historia. Prefiero las fiestas entre amigos ¡y qué mejor que una celebración así para saltar a la pista de baile hasta que el cuerpo aguante! Cuando termine la racha de bodas habrá que ir pensando en qué celebración nos inventamos :P
4 ... y las conversaciones entre amigos cada vez giran más en torno a la paternidad, la hipoteca, el jefe de turno... Todos estos aburridísimos asuntos de adultos han pasado a ser nuestra mayor preocupación hoy en día. Es lo que implica hacerse mayor...
5. El alcohol es cosa del pasado. Nunca me ha gustado excesivamente darle al drinking drinking {bueno, erm... en este punto obviaré el período de Erasmus, mamá no leas esto} pero es cierto que antes bebía cualquier cosa: garrafón, calimocho o lo que hubiese a mano. Afortunadamente todo pasa, incluidos los años de imbecilidad e inconsciencia por los que todos {seguro que tú tampoco te libras} hemos pasado. Ahora, siendo más consciente de lo dañino que es el alcohol para nuestro organismo, valoro la calidad antes que la cantidad y bebo en contadas ocasiones. Cero resaca al día siguiente y un gran favor para mi cuerpo.
6. Compro, a propósito, cosas bajas en grasas, azúcares añadidos, jarabe de maíz, etc. En la misma línea que el punto anterior, poco a poco estoy aprendiento a alimentarme de manera más inteligente. Si me seguís desde hace algún tiempo sabréis que me encanta la cocina y comer sano. Mi cuerpo me pide comida ligera, casera y equilibrada y últimamente estoy leyendo mucho sobre el tratamiento de los alimentos que compramos en el supermercado y sus efectos sobre nuestra salud a largo plazo.
7. Me he vuelto adicta al protector solar. Sólo tenemos una piel y hay que cuidarla. Antes podía tirarme 5 horas en la playa achicharrándome al sol en busca del bronceado del verano; ahora no salgo de casa sin el sombrero, las gafas de sol, el protector solar y, si me apuras, hasta la sombrilla.
8. Mi mejor plan de viernes por la noche es literalmente "no hacer nada". Acabo la semana agotada y cuando llega el viernes lo único que quiero es pedir comida asiática a domicilio, sofá y peli :)
9. Veo celebrities que están en sus 30 y pienso "todavía hay esperanza". No me preguntéis "¿esperanza de qué?" porque no lo sé jajaja. Quizás mis subconsciente da saltos de alegría al pensar que aún estoy a tiempo de hacerme millonaria o súper modelo jajaja.
10. Me emociono con cosas que antes ni entendía, como la caída del euro. Cosas que afectan a nuestra economía doméstica y que nunca antes me había parado a considerar. Pero viviendo en el extranjero y recibiendo en sueldo en una divisa distinta al euro, cualquier oscilación puede suponer para mí una bajada o un aumento de salario.
11. Me doy cuenta de que mis padres tenían mi edad cuando me tuvieron y aún los aprecio más. No me malinterpretéis, siempre los he querido inmensamente pero, ahora que me doy cuenta del gran reto que supone traer un hijo al mundo, todavía los admiro más.
12. Valoro las pequeñas cosas de la vida. Trato de no comerme la cabeza con estupideces, discusiones tontas o anhelos de cosas que sé que probablemente nunca van a llegar. Soy realista y doy gracias todos los días por lo que tengo porque "las mejores cosas en la vida son gratis".
¿Qué os han parecido estas 12 cosas? ¿Os sentís indentificad@s con ellas? ;)
Un abrazote y hasta el próximo post, en el que seguramente ya estrenaré nueva década ¡vaya tela!
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