¿Os sentís identificad@s con nosotros? ¿seguís fieles a la tele u os habéis pasado al mundo de internet?

¡Os deseo a todos una estupenda semana pre-navideña!

"Uno de los secretos de este oficio creativo es mostrar esas cosas que todos vivimos y no vemos"

A estas alturas todavía me sorprendo cuando algunos de mis amigos me dicen que no saben lo que es Airbnb, esa plataforma que está revolucionando la industria del turismo a nivel mundial con un modelo tan sencillo como el de facilitar el contacto entre un anfitrión dispuesto a alquilar su casa - o parte de ella - y un inquilino en busca de alojamiento.

Si habéis leido algunos de mis artículos de viaje, ya habréis visto que yo soy una asidua de Airbnb. Toda organización de mis viajes pasa por una visita a esta web. Después haber reservado alojamientos a través de Airbnb en Madrid, Venecia, Verona, Corfú y Milán creo que estoy en condiciones de hacer balance de las ventajas y las desventajas de este tipo de alojamientos con respecto a un hotel.

VENTAJAS

- Una experiencia más genuina: muchas veces estás dentro de un hotel y, si no miras a través de la ventana, nunca sabrías si te encuentras en Singapur o en Estocolmo. La mayoría de los hoteles tienden a caer en la neutralidad ofreciendo experiencias sin ningún tipo de "sabor" local. Especialmente las grandes cadenas hoteleras.

Con Airbnb, al alojarte en una casa particular, puedes experimentar lo que es realmente vivir como un local, integrarte en la vida del vecindario, conversar con los propietarios sobre las costumbres y la vida del lugar y volver a casa con una idea más fidedigna de la cultura del país. A mi esto particularmente ¡me encanta!

- Alojamientos para todos los gustos: puedes encontrar desde una auto caravana vintage en Malibú, hasta un moderno estudio en Saigón o una villa de lujo en Mykonos. Y no necesariamente tienes que compartir la casa con el anfitrión; puedes usar los filtros de búsqueda según tus preferencias y alquilar o un dormitorio o, si prefieres más privacidad o viajas en grupo, una propiedad entera.





- Más barato que un hotel: en general suele ser una alternativa más económica a un hotel.

- Confianza a la hora de reservar: una de las mayores preocupaciones a la hora de alquilar un alojamiento privado a través de internet es el miedo a que se trate de una estafa. En este caso, puedes consultar todas las evaluaciones de los anteriores inquilinos y, además, Airbnb actúa como intermediario a la hora de pagar, por lo que si hay algún problema con la reserva, normalmente es la propia plataforma la que responde.

Por otra parte, no sólo el anfitrión es evaluado, sino también el huésped. Ambos tienen que crearse una cuenta para utilizar la web y al finalizar la estancia tienen que escribir una evaluación mutua. Si una de las partes falla en escribir su crítica, ninguna de las dos es publicada. De esta forma el anfitrión también tiene una herramienta de referencia a la hora de aceptar o rechazar una reserva.

INCONVENIENTES

- No puedes dejar el equipaje a la salida: en algunos casos nos ha pasado que el anfitrión no tenía espacio donde almacenar el equipaje después de hacer el check-out. Si tienes planeado aprovechar el último día antes de coger el vuelo o el tren de vuelta a casa, esto es verdaderamente un engorro. Esto nos ocurrió en Milán y nos pasamos el domingo de compras y visita por el centro de la ciudad con la maleta a rastras.

Por otro lado, en un hotel siempre sueles tener la opción de dejar el equipaje en consigna.

- No es obligatorio cumplir estándares: los alojamientos publicados no tienen que pasar por ningún tipo de inspección antes de anunciarse. Cualquiera puede dar de alta su vivienda y acoger a huéspedes. Por lo que no queda otra que fiarse de los comentarios de otros usuarios.

- Restricciones en el horario de llegada: nunca hemos tenido que pagar un recargo por llegar más tarde de las 22:00, aunque muchos alojamientos así lo indican en sus condiciones de reserva.

Por otra parte, te encuentras con el "estrés" de tener que avisar si hay algún contratiempo con la hora de llegada. Si alquilas el alojamiento completo, el anfitrión tiene que desplazarse a propósito para darte la bienvenida y a mi personalmente me pone nerviosa que alguien tenga que estar esperándome. En Venecia nos pasó que nos pilló un atasco de 5 horas de camino, más marea alta al llegar y llegamos al estudio 6 horas más tarde de lo planeado. La propietaria fue un encanto y no nos puso ninguna pega, pero nosotros nos sentimos fatal por hacerla esperar hasta casi las 11 de la noche.

- Pagar para reservar: hace tiempo podías enviar un mensaje privado al anfitrión antes de formalizar la reserva. Ahora esa opción ya no es posible, por lo que si tienes alguna pregunta sobre el alojamiento antes de reservar, no tienes forma de contactar con el anfitrión. Si estás interesad@ en un alojamiento, tienes que darle directamente a reservar y esperar a que tu reserva sea aceptada o rechazada.

Y he aquí las virtudes y defectos de uno de los negocios de la "economía compartida" que más polémica están suscitando.

A mí personalmente me encanta que surjan estas nuevas formas de consumo, más sostenibles y, a su vez, humanas. Pienso que el sector hotelero lo tiene que ver como una oportunidad para diferenciarse, para apostar por servicios de calidad y experiencias mucho más auténticas. De ahí el surgimiento de los "lifestyle" hoteles: más pequeños, íntimos y modernos, en cuyo diseño y servicios se integran elementos locales que hacen que cada experiencia sea única e inigualable.

¿Y vosotr@s qué pensáis sobre estas nuevas formas de consumo? ¿Habéis hecho uso alguna vez de Airbnb?

Con esto y un bizcocho... hasta el próximo post ;) Por cierto, no olvidéis de pasaros por nuestro canal de Youtube donde estoy subiendo los vídeos de mi semana de viaje entre Youtubers. Una experiencia profesional inolvidable de la que os hablaré muy prontito cuando tenga todos los episodios de la semana listos.

"Nuestro destino de viaje nunca es un lugar, sino una nueva forma de ver las cosas"

Podéis pensar que soy una exagerada con lo de "la mejor tarta del mundo", pero de verdad, soy una fanática de las tartas de queso y ésta es, sin lugar a dudas, la que más me gusta. Es un postre que siempre hago cuando tenemos invitados en casa y nunca nunca falla. Así que, a petición popular, os dejo la receta secreta que tanto éxito tiene ;)

Además, hace poco encontré unos moldes de panacota que me vinieron de perlas para hacer mini tartitas individuales que, como veis en la foto, quedan fenomenal y son más cómodas de conservar en la nevera.

INGREDIENTES (para 6 pax)

- 2 vasos de leche
- 200 ml. de nata líquida
- 130 gr. de azúcar
- 300 gr. de queso fresco tipo Philadelphia
- 2 sobres de cuajada

Para la base

- 100 gr. de mantequilla
- 200 gr. (un paquete aproximadamente) de galletas tipo María

Sugerencias para la cobertura

- Mermelada de la fruta que más te guste
- Frutos rojos
- Sirope de arce

PREPARACIÓN

1. Tritura las galletas hasta convertirlas en polvo.

2. Derrite la mantequilla en una sartén caliente y, una vez líquida, mézclala con el polvo de galleta, haz una masa y espárcela en la base del molde de la tarta.

3. En un cazo grande, pon a calentar la leche y el queso removiendo sin parar para evitar que se formen grumos. Añadir el azúcar, la nata y la cuajada y, sin parar de remover, dejar que cueza hasta que espese.

4. Coloca la mezcla en el molde sobre la base de galleta y deja que enfríe durante 2-3 horas en la nevera.

5. Sirve con la cobertura que más te guste y ¡a la mesa!


Espero endulzaros un poquito el inicio de semana y que os guste esta receta tantísimo como a mí :) Si os animáis a probarla, ya me diréis qué os parece.

Es todo un hallazgo encontrar una cafetería coqueta, acogedora ¡y abierta un domingo! en Suiza. Sí, sí, como leéis. Aquí trabajar un domingo, incluso aunque sea en el sector hostelero - que justamente cuando más factura es en los días festivos - parece que es todo un sacrilegio. Yo admiro tremendamente ese respeto por el día del Señor, peroooooo... a mí eso de cafetear los fines de semana me requetencanta. Salir un domingo de invierno de la monotonía de casa y meterme en una cafetería para tomarme algo calentito entre amigos, disfrutar de una conversación de las que tanto nos gusta marcarnos a mi amore y a mí o simplemente sentarme en un sofá cómodo a leer un libro es, sin duda, uno de mis planes predilectos.

Tanto es así que cuando encuentro una cafetería abierta los domingos, y si encima es tan original y divina como esta, tengo que compartirlo con el mundo.

Chesery no es una cafetería cualquiera, se trata de "una cafetería con doble vida", porque en ella no sólo se sirven cafés, sino que prácticamente todo lo que en ella se encuentra está en venta, una tienda de antigüedades y artículos de decoración en vivo. Sus espacios - colmados de artilugios y cachivaches varios, muebles, espejos y cualquier cosa susceptible de ocupar un espacio en nuestro hogar - se reparten entre las diferentes estancias laberínticas de este particular establecimiento.























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Con estos tiempos locos de cambio de temporada una ya no sabe qué ponerse. Mi particular solución es ir a capas como una cebolla, ya que a primera hora de la mañana refresca, pero a mediodía parece que la chaqueta todavía está de más.

No obstante, y muy a mi pesar, en casa ya hemos tenido que hacer el cambio de armario este fin de semana y retirar sandalias y prendas más veraniegas para hacerle hueco a los jerséis y las chaquetas de entretiempo. ¡Que levante la mano a quien también se le haga una montaña hacer los cambios de armario! Segurísimo que no soy la única :)

En esta época suelo tirar mucho de vaqueros, zapatillas y rebecas. El look que os enseño hoy es mi fórmula por excelencia de los fines de semana.

Además, como veréis, el escenario de las fotos no tiene desperdicio. La semana pasada estuvimos en Ginebra pasando la tarde y descubrimos este rincón tan especial al lado de la sede de Naciones Unidas, el Museo Ariana de Cerámica y Cristal, cuyo edificio (de finales siglo XIX) combina los estilos neoclásico y neobarroco. Sin lugar a dudas el lugar perfecto para una mini sesión de fotos ;)

Tal y como os prometía en la anterior entrada, aquí os traigo la primera parte de nuestras vacaciones en Grecia con vídeo incluido. Si todavía no le habéis dado al "play", os aconsejo que os cojáis unas palomitas y una Coca Cola porque en este vídeo nos hemos lucido, 23 minutos que esperamos que os transmitan la esencia de una isla de la que probablemente nunca habréis escuchado hablar. Si llegáis al final del vídeo, o bien nos queréis mucho o estáis hechos para viajar a Grecia ;)

Lefkada es una de las joyas del mar Jónico. Una isla montañosa cuya costa oeste alberga algunas de las mejores playas de Grecia, mientras que en la costa este - más accesible y de aguas más tranquilas -  se encuentran los hoteles y resorts vacacionales. No obstante, todos los hoteles son de máximo 4 plantas y de pocas habitaciones, por lo que no encontraréis macro construcciones ni grandes bloques de cemento en ningún lado de la isla.

Lo más increíble es que en los pueblos más remotos todavía se puede encontrar a mujeres ataviadas con la vestimenta tradicional griega; muchas de ellas viudas que cumplen con la tradición del riguroso luto. Me quedé con ganas de hacerles alguna foto pero no quería incomodarlas y me tuve que resistir. Así que tendréis que ir a verlo con vuestros propios ojos ;)

La isla tiene muchísima vegetación, en la que abundan principalmente los pinos y los olivos. Conducir por el centro de la isla - al margen del estado de las carreteras, que requiere muuuucha prudencia y una buena dosis de paciencia - es una delicia.

A continuación os dejo una lista de las playas y lugares de interés que no podéis perderos.

Costa oeste

Playa de Porto Katsiki: una de las playas más vírgenes y espectaculares de toda la isla. "Porto Katsiki" significa puerto de cabras, ya que antiguamente sólo las cabras lograban acceder a esta playa. Hoy en día se puede llegar tanto en barco como en coche. Durante temporada alta no se puede bajar del barco por lo que, si vais en julio o agosto, no recomendaría esta opción porque no bañarse en esas aguas es un verdadero crimen. Si cogéis el coche, simplemente tomároslo con filosofía y pensar que ese rinconcito bien vale la pena el paseo.

Porto Katsiki

Playa de Pefkoulia y playa de Gialos: largas, de grava blanca, al igual que la mayoría de playas de la isla {lo cual me encanta porque no se te queda la arena pegada}, de aguas cristalinas y libres en su mayoría de invasiones de hamacas y sombrillas. No obstante, podéis encontrar algunos bares a pie de playa donde tomar un tentempié. Son dos puntos estupendos para ver el atardecer.

Atardecer en la llaya de Pefkoulia

Playa de Gialos

Interior

Cataratas de Dimosari: para darse un respiro del calorazo de la playa, sobre todo en las horas centrales del día, una escapada a las cataratas es una muy buena alternativa. Están a tan sólo 3 kilómetros de Nydri, en la costa este, y son muy accesibles. Desde el parking, en apenas unos 20 minutos se llega fácilmente a pie a través de un pequeño sendero rodeado de pinos. Ni siquiera es necesario llevar calzado especial, nosotros fuimos con chanclas. Eso sí, los escarpines para bañarnos nos vinieron muy bien. Tampoco os esperéis ninguna maravilla, se trata de un pequeño riachuelo que se nutre del agua que mana de las cataratas de unos 20 metros de altura. No obstante, os aconsejo visitarlas y daros un chapuzón bien fresquito.

Cataratas de Dimosari

Costa este

Playas y puerto de Nydri: Nydri se puede considerar una de las zonas más "turísticas" de la isla, donde se encuentran la mayoría de hoteles, restaurantes y tiendas de souvenirs y desde donde salen la gran parte de cruceros con los que se pueden recorrer las islas de Cefalonia, Ítaca, Meganisi y Skorpios, así como las playas de Katsiki y Egremmi en un día. Si se quiere ver mucho en poco tiempo, ésta es una buena opción. Nosotros nos decantamos por tomárnoslo con más tranquilidad y alquilarnos un barquito por nuestra cuenta.

Playa de Nydri

Islas vecinas de Madouri, Skorpios y Meganisi: a lo largo de la costa de Nydri hay varios puntos desde donde se pueden alquilar pequeñas barcas con motor fueraborda para las que no hace falta ninguna licencia de navegación. Los precios oscilan entre 35 euros el día {más gasolina} y 80 euros dependiendo de la potencia del motor. Nosotros al ser sólo dos nos cogimos el motor más pequeño y por un total de 60 euros pasamos un día estupendísimo recorriendo las islas más cercanas por nuestra cuenta.

No obstante, recomendaría hacer algunas prácticas antes de coger el barco, sobre todo con el tema del ancla para evitaros sorpresitas ;) y, por supuesto, comprobar el estado del mar antes de salir.

Isla de Meganisi

Una de las islas que no podéis pasar por alto es Skorpios, una isla privada que durante más de dos décadas perteneció al fallecido Onassis. Allí se casó con Jackeline Kennedy y allí yace hoy en día el cuerpo del magnate y de dos de sus hijos. Como cotilleo, os contaré que justamente {y por pura casualidad} estuvimos bañándonos en la misma playa a la que solía ir Jackie a bañarse desnuda y en la que fue pillada durante uno de sus baños por un paparazzi que publicó las fotos con motivo de lo que se ha descubierto que fue una campaña de desprestigio ideada por su propio marido como venganza por los años de tormentoso matrimonio. Os dejo aquí el link a toda la historia porque es verdaderamente digna de culebrón.

Isla de Skorpios - Playa de Jackie Kennedy

Playa de Mikros Gialos: esta playita nos gustó particularmente por ser más abierta al mar que el resto de las playas de la costa oeste. Perfecta para darse un baño antes de terminar la jornada de playa.

Extremo sur

Cabo de Lefkata: esta excursión se nos quedó en el tintero pero creo que, sin duda, debe de valer la pena y se puede combinar con la visita a Porto Katsiki. Se dice que desde este cabo de pueden contemplar las vistas más impresionantes de la isla. Además, cercano al cabo y al Monasterio de San Nicolás, se encuentra el Templo de Apolo, uno de los más importantes de la antigüedad.

¿Dónde comer?

En este viaje nos enamoramos rotundamente de un restaurante típico griego que encontramos en la aldea de Katouna, Taverna Tramezzo, y cenamos allí prácticamente todas las noches. El servicio impecable y la comida deliciosa, con pescado fresco del día y postres caseros. Se me hace la boca agua de recordarlo :)

La Taverna Oasis, situada en la carretera de camino a Porto Katsiki, también es digna de mención. Un sitio perfecto para hacer un alto en el camino y disfrutar de un yogur griego con miel y fruta sentado a la sombra de los pinos con vistas al mar desde lo alto de la montaña.

En general en la isla encontraréis multitud de tavernas cuya especialidad es normalmente la carne y el pescado a la brasa.


Y hasta aquí la primera parte de nuestras aventuras por Grecia. En el próximo capítulo, Corfú :)


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