¿Os ha pasado alguna vez estar de vacaciones y desear volver a casa?
Como muchos de vosotr@s ya sabréis, el mes pasado nos fuimos de vacaciones a Sicilia y el viaje no salió del todo como habíamos planeado. Eran las primeras vacaciones de verano que viajábamos con Alejandro y tengo que reconocer que, basándonos en el éxito de nuestros viajes anteriores con él, subestimamos lo que es viajar con un bebé de 10 meses en pleno verano. Y mira que pasamos horas y horas delante del ordenador buscando alojamientos, investigando sobre las mejores zonas de la isla para visitar, pidiendo consejo a amig@s... pero aún así, qué se le va a hacer, metimos la pata.
Echando la vista atrás voy a enumeraros los errores que cometimos con la esperanza de que si hay algún padre/madre tan novato como nosotros por aquí leyéndonos, no os pase lo mismo:
Error #1: Comprar los vuelos sin investigar antes el destino
Siempre vamos a la caza de oportunidades y cuando vemos un vuelo que está bien de precio, con buena conexión y a un destino apetecible, nos lanzamos a comprar el ticket sin vacilar.
En esta ocasión, el tiempo corría en nuestra contra. Hasta bien entrado junio no pudimos confirmar nuestras fechas de vacaciones y a esas alturas los vuelos estaban ya por las nubes, ¡excepto para Sicilia! Todo el mundo nos había hablado taaaan bien de la isla que no dudamos en comprarlos y dejar para más adelante lo de buscar alojamiento.
Si hubiésemos investigado antes, nos hubiésemos dado cuenta de que la zona de la isla a la que volábamos, Catania, no tiene todos los atractivos que estábamos buscando ni se ajustaba exactamente a nuestras necesidades.
Error #2: No tener en cuenta la accesibilidad
Al tener coche de alquiler, una de las cosas por la que nunca nos solemos preocupar es por la accesibilidad. De hecho ésta es una parte fundamental de nuestra filosofía de intentar huir de los lugares más turísticos y explorar rutas alternativas. Los hoteles todo incluido y las urbanizaciones plagadas de apartamentos turísticos nunca han sido santo de nuestra devoción.
Pues bien, ahora nos hemos dado de bruces con la realidad y tras experimentar el fiasco de nuestro primer alojamiento en Siracusa, nos hemos dado cuenta de lo importante que es tener zonas por las que salir a pasear cerca y la necesidad de no depender del coche para todo.
En Siracusa estábamos a apenas 3 km. de la ciudad en una casa muy bonita con un pequeño jardín con piscina pero en una zona donde no había absolutamente nada alrededor. Dependíamos del coche para todo, la playa más cercana no nos gustó nada, el calorazo nos tenía aturdidos y hubo un momento en el que nos invadió una sensación de claustrofobia tan grande que nos planteamos volver a casa antes de hora. De verdad, nunca pensé que nos veríamos en una situación así. Felizmente, tomamos la decisión de dejar ese alojamiento una noche antes de lo previsto y probar suerte en Taormina. ¡Todo un acierto!
Ante este tipo de contratiempos, es clave mantener una actitud positiva y abierta, así como tener capacidad de reacción. Después de todo el año esperando las vacaciones lo último que quieres es que un imprevisto te las fastidie. Hay cosas que se escapan de nuestras manos, pero circunstancias como ésta, afortunadamente, tienen remedio.
Error #3: Huir de la rutina
Desactivar el piloto automático, olvidarnos del reloj y dejarnos llevar por la improvisación, ¡eso sí que son vacaciones!
Este tema con un bebé de 10 meses, mmm es un poco peliagudo. Él tiene sus ritmos de comidas y siestas que hay que tratar de respetar en la medida de lo posible si no queremos un bebé malhumorado e irritable. Lo bueno de esta etapa es que, siempre y cuando llevemos potitos a mano y un carrito reclinable donde pueda dormir, es relativamente fácil hacer marcha con nuestro bebé. No obstante, os aseguro que en este período de vida de nuestro hij@ se acaba agradeciendo la rutina.
Nosotros logramos encontrarla en Taormina; playa prontito por la mañana, comida del peque en la playa y vuelta al apartamento para su siesta de dos horas que nos daba a nosotros un tiempo de oro para comer, bañarnos en la piscina y descansar un poco; paseo por la tarde, cena fuera y de vuelta a casa. ¡Y todos felices!
Error #4: Viajar con falsas expectativas
El sabor de boca que se te queda tras unas vacaciones con un bebé depende en gran medida de las expectativas con las que emprendas el viaje. Éste fue uno de los comentarios que me hizo una lectora y mamá experimentada, Alejandra, a la que aprovecho para saludar si me está leyendo ;), y con el que no puedo estar más de acuerdo.Pretender poder visitarlo todo, descansar, salir todas las noches de restaurante y que tu niñ@ duerma mientras tú disfrutas de la gastronomía local... Es pura utopía.
En este aspecto, nosotros íbamos con la idea muy clara de que a no ser que nos trajésemos con nosotros a las benditas abuelas, descansar lo que se dice descansar quedaba descartado, más bien íbamos con la esperanza de desconectar.
En cuanto a querer verlo todo, también hubo cosas que de antemano descartamos como el volcán Etna o las playas de la Reserva Natural de Vendicari; pero sí que pensábamos que podríamos disfrutar más de lo que hicimos de la riqueza cultural de la isla.
Pues estas han sido las "meteduras de pata" de nuestras primeras vacaciones de verano con Alejandro: intensas, bonitas, reveladoras y, por supuesto inolvidables ;)
¿Algún padre/madre novato como nosotros por aquí? ¿Qué consejos tenéis para unas vacaciones con bebés "perfectas"?
Por cierto, ¿sabéis que nuestro peque cumple mañana su primer añito? Aún no me puedo creer lo rápido que pasa el tiempo con él... ¡Así que esta semana estaremos de celebraciones!
¡Feliz semana y gracias por pasaros por aquí!
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