Hoy es uno de esos días en los que la distancia se siente un poquito más fuerte. Uno de esos días en los que me encantaría teletransportarme, aterrizar en los brazos de mi madre, comérmela a besos y decirle cuánto cuánto la quiero.
Y es que no hay dicho más cierto que el de "madre no hay más que una" y, conforme nos vamos haciendo mayores, cada vez nos damos más cuenta de lo que verdaderamente significa; dejar de vivir para ti para volcarte al 100% en tu segundo yo, nosotros, los hijos. Noches en vela, jornadas de trabajo interminables, tardes de juegos, horas y horas en el parque, paciencia {¡mucha paciencia!}, sufrimiento cuando algo no nos sale bien, orgullo desmesurado cuando alcanzamos un logro...
Lo más duro de vivir fuera es no poder disfrutar de esos momentos en familia que cuando los tenemos al alcance de la mano nos parecen tan corrientes y, en ocasiones, incluso hasta pesados. Por eso hoy le quiero dedicar esta preciosidad de vídeo, con el que me he sentido tan identificada, a la mujer de mi vida, a mi mami. Un vídeo que expresa perfectamente los sentimientos de una hija al vivir en la distancia. Advierto, alguna lagrimilla se os puede escapar, a mí me ha tocado la fibra sensible.
Llevo viviendo en el extranjero desde hace ya prácticamente cuatro años entre idas y venidas y no hay día que no reciba la llamada mágica de mi madre que, aunque no siempre en el momento más oportuno y a pesar de que no lo exprese, me llena de ternura. El amor no entiende de distancias y el de una madre todavía menos.
No puedo terminar la entrada pastelona de hoy sin mencionar a la que es, desde hace ya cinco años, mi segunda madre, mi amiga y confidente, mi suegra. ¡Y qué mal suena la palabra suegra, jolines! Pero sí ¡la adoro! Sé que las relaciones nuera-suegra son muchas veces complicadas pero la nuestra es la excepción a la regla :) Siempre atenta, dispuesta a escucharnos y a ofrecernos consejo y apoyo incondicional sean cuales sean nuestras decisiones, cariñosa a más no poder, detallista, súper positiva... En fin, que no existe la familia perfecta, pero el amor y la voluntad pueden con todo.
Os dejo aquí una foto cargada de amor de madres, el Trío La La La fundido en un abrazo. Mi suegra, mi madre y yo. Sobran las palabras...
¡Feliz día de la madre!
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