A finales de octubre, con motivo de nuestro aniversario de novios (nosotros celebramos el de novios y el de casados y que nos quiten lo bailao :P), nos dimos un merecido homenaje en familia y pasamos un fin de semana en el que se ha pasado a ser mi hotel favorito de Suiza, el Huus Hotel Gstaad.
Durante nuestra estancia compartí algunas fotos por Instagram y os pregunté si os gustaría que escribiese un artículo sobre la experiencia, vuestro "sí" fue rotundo y estoy encantadísima de compartir este descubrimiento con vosotr@s.
Somos principiantes en esto de viajar con niños y en mi mente cuando se habla de "hoteles para familias" me ve viene la nada apetecible imagen de hoteles enormes, con grandes restaurantes, piscinas plagadas de niños tirándose en bomba y meándose en el agua y animadores tratando de entretener a las masas. No sé si esta idea mía está cerca o lejos de la realidad pero el caso es que éste no es el reflejo de nuestras vacaciones ideales. Aunque, por otra parte, apreciamos la comodidad de alojarnos en un hotel que ofrezca todos los servicios necesarios para que uno no se tenga que preocupar absolutamente de nada.
Un hotel de diseño para familias
Mi gran sorpresa ha sido dar con este hotel de diseño 100% concebido para familias, con un servicio exquisito, una decoración preciosa y, sobre todo, un ambiente muy pero que muy guay.Huus significa casa en suizo alemán y todo en este hotel está pensado para que te sientas como en la casa de un amigo. Nosotros definitivamente nos sentimos así, prueba de ello es que batimos nuestro propio récord y no abandonamos el hotel en 24 horas.
Servicio de guardería gratuito hasta las 19:00, spa para niños, salas de juegos, comedor infantil para que los más peques puedan jugar mientras los padres desayunan... Alejandro campó a sus anchas por un hotel hecho a su medida y a la nuestra. El DJ residente ameniza las noches en el HUUS bar, donde los niños corretean libremente entre los sofás de estilo escandinavo mientras los padres disfrutan de un coctel al ritmo de la música. ¿No os parece un auténtico lujazo? ¡Para nosotros éste fue uno de los momentazos del fin de semana!
Todos los detalles cuentan
Los propietarios han sabido fusionar la arquitectura tradicional de un típico chalet suizo con la modernidad respetando la estructura original de la construcción y dotándola de todas las comodidades de un hotel de lujo.Absolutamente todo está cuidado hasta el mínimo detalle. Mis ojos no sabían literalmente hacia dónde mirar: piezas de arte, lámparas maravillosas, una biblioteca con una colección de más de 500 libros... y como extra, las vistas a los alpes suizos.
Para viajeros aventureros
El hotel está situado en el pequeño pueblo de Saanen-Gstaad, que cuenta con tan sólo 7.000 habitantes. El principal atractivo de la zona es su estación de esquí con 220 km. de pistas. En verano es un lugar ideal para los amantes de los deportes de aventura.Huus Gstaad tiene un fuerte carácter alpino con un departamento dedicado a la organización y gestión de actividades deportivas y de ocio para los huéspedes, la mayoría de ellas gratuitas; desde rutas en bicicleta, hasta clases de esquí o descenso en rafting.
Como veis, la experiencia fue de 10; volvimos con las pilas recargadas, disfrutamos en familia y como pareja y descansamos, lo cual no es algo muy común últimamente.
La única pega, por ponerle alguna, es el precio. Nosotros aprovechamos para ir en temporada baja y nos beneficiamos de una tarifa reducida. No obstante, para una ocasión especial y teniendo en cuenta la singularidad del hotel y todos los servicios que ofrece, realmente merece la pena.
¿Qué os ha parecido este hotelazo? ¿Conocéis algún hotel de estas características? Yo después de esta experiencia no sé dónde me voy a meter en nuestras próximas vacaciones. A ver si este año nos toca la lotería de navidad :P
¡Nos vemos muy prontito de nuevo por aquí!
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